lunes, 23 de noviembre de 2009

Fosa Orbital N° 51 18 de noviembre de 2009


No basta recordar lo momentos más felices, sino producir los olvidos, crear biografías de ficción, crear simulaciones de nuestra identidad. Se suele hablar actualmente con especial acento, sobre los usos y abusos de la memoria, sobre la necesidad de recordar y de recuperar la memoria olvidada de la rebeldía. Hemos pensado que así como es importante la memoria, lo es el olvido. Que así como es estimulante recoger, volvernos arqueólogos del futuro, es importante deshacernos de tantas cosas que llevamos a veces inconscientemente. Estamos, en los albores del siglo XXI, escuchando renacer cierto espíritu viajero, un nomadismo carnal que instante tras instante, alerta la interrogación, por los elementos que se depositan en el fondo de la mochila y por lo que podemos llamar nuestra dieta congnitivo-afectiva.

Hemos optado sónicamente, desde hace un buen tiempo, por lo anfibio, hemos descubierto una realidad híbrida, realidad trash, que para poder ser, necesita de la imaginación, la intuición y la decisión. Estas tres son las dimensiones tecnológicas de las subjetividad.... Ahora bien, para los que aún vivimos, esta opción de la anfibiedad, representa la imagen after-pop de un ser que encarna la fragmentanción de un tiempo y reconoce la volatilidad de todo lo existente. Somos anfibios porque escuchamos latir la vibración del cosmos entre nosotros, porque ninguna época, estilo o moda nos es indiferente, porque nuestros cuerpos han hallado el deseo de infinito, porque estamos sedientos de lo inaudito y ebrios por una mala digestión de la realidad.

Ezekiel Honig, The Boats, Luke Vibert, Mil Marías, Up Bustle and Out, Laurent de Wilde

1 comentario:

Anónimo dijo...

excelente men...